Todo sobre la adelfa

Última actualización: 18.04.24

 

La naturaleza es misteriosa y el reino vegetal esconde muchos enigmas. Tal es el caso de la adelfa, un arbusto que se ha utilizado por mucho tiempo como una planta ornamental; dada la belleza de sus flores. Sin embargo, es considerada como la planta más tóxica y venenosa del mundo.

 

Son muchas las culturas que desde la antigüedad utilizan las plantas como remedios naturales, gracias a sus propiedades benéficas para la salud. Sin embargo, existe un grupo de plantas que son todo lo opuesto. Se trata de las especies que poseen un alto grado de toxicidad, por lo que son consideradas como plantas mortíferas.

Las plantas venenosas han desarrollado sus toxinas como consecuencia de los cambios ambientales y como una imperiosa necesidad de hacer frente al mundo exterior. Por esto, y a fin de preservar su vida, algunas especies de herbívoros y aves han evolucionado para poder reconocerlas y evitarlas, dada su toxicidad. Dentro de este grupo destacan las adelfas venenosas.

 

Identifica sus características principales

Se trata de un arbusto de origen Mediterráneo, aunque actualmente se puede encontrar en regiones cálidas o con clima templado de todo el mundo. Gracias a esto, prospera muy bien en Estados Unidos, Argentina, Panamá, Colombia, Uruguay y Venezuela. Se le considera una especie invasora, ya que ha sido introducida como planta ornamental.

Su nombre científico es nerium oleander, aunque también se le conoce como laurel venenoso. Es una planta perenne que crece rápidamente, pudiendo alcanzar una altura de hasta 4 metros; sin embargo la variante adelfa enana solo crece hasta 1 metro.

Es una especie que posee un follaje denso que se mantiene siempre verde todo el año. Sus hojas son pecioladas en forma de lanza y su tamaño no alcanza los 12 cm. El fruto por su parte, es de color pardo y en su interior se encuentran las semillas.

Lo más llamativo de la adelfa son sus bellas flores, grandes, con 5 pétalos y con simetría girada. La planta florece en primavera, con exuberantes racimos de flores que se desarrollan en distintas alturas.

Existen diversas tonalidades de floración, por lo que podemos encontrar adelfa amarilla, blanca, rosa, naranja y roja. Es una flor que presenta anteras semejantes a flechas, filamentos rectos y su corola casi siempre es del mismo color que sus pétalos.

Los componentes tóxicos de la adelfa

A pesar de su aspecto ornamental y de su gran belleza, esta planta esconde toxinas potencialmente letales; por esto, se le considera la planta más venenosa del mundo. No solo su delicada y bella flor, también sus hojas, savia, semillas, tallos y raíces poseen componentes tóxicos; por lo que la totalidad de la planta es venenosa y su ingesta podría causar efectos muy negativos en la vida de personas y animales.

Analizada por primera vez en 1988, esta planta (particularmente sus hojas y tallos, verdes o secos) contiene un principio activo llamado glucósidos cardiotónicos, sustancias que regulan la actividad cardiaca. Entre las toxinas aisladas destacan la oleandrina y neandrina; sustancias responsables de los efectos dañinos a nivel gastrointestinal y a nivel cardiorrespiratorio.

Aunque todas las adelfas son venenosas, de acuerdo a los expertos; la adelfa con flores rojas es la variante con mayor toxicidad y potencialmente mortal.

 

Efectos adversos de esta planta

Entre las plantas venenosas en España, la adelfa bien podría encabezar la lista no solo por su toxicidad, sino porque es una planta omnipresente en parques infantiles y en jardines, lo que la hace especialmente peligrosa; ya que su cultivo se haya indiscriminadamente extendido. Por esta razón, son elevados los casos por intoxicación, en particular la población infantil.

Esta especie puede causar toxicidad no solo al ingerirla, también se ha comprobado que al contacto con la piel genera daño cutáneo como urticaria, e incluso, existen casos documentados en los que al utilizar sus ramas para asar carne se ha producido el consecuente envenenamiento.

Los síntomas más leves de intoxicación son los vómitos seguidos de náuseas y dolor de estómago. En casos más graves se presenta diarrea con sangre, dificultad para caminar, vértigo, pupilas dilatadas y depresión nerviosa. En situaciones mortales podría sobrevenir convulsiones, dificultad para respirar, alteración grave del pulso, coma y finalmente paro cardiaco.

Del mismo modo que afecta a las personas, esta planta también ha causado la muerte en animales tales como ovejas, perros, caballos, ganado, mulos y otros mamíferos.

En el caso de presentarse una intoxicación, lo primero que debe hacerse es acudir a urgencias lo más pronto posible. Allí el personal sanitario podrá realizar un lavado gástrico y aplicar los medicamentos necesarios para contrarrestar los efectos del envenenamiento.


El cultivo y cuidados de la adelfa

La adelfa es una especie que, a pesar de ser tóxica, suele plantarse en jardines y espacios públicos como avenidas, colegios y otras áreas verdes. Esto se debe principalmente a su belleza perenne, rápido crecimiento, resistencia al clima, a enfermedades y a su mantenimiento mínimo; por lo que es una de las plantas preferidas para ornamentar.

Para que su crecimiento y desarrollo sean óptimos, es importante que el terreno disponga de un buen drenaje; indistintamente que se trate de una adelfa en maceta (en este enlace puedes encontrar algunas opciones de compra) o plantada directamente en el suelo. También debe regarse en época de sequía y evitar pulverizar las hojas.

Además, para aplicar el fertilizante mineral, primero deberá disolverse en agua. Con respecto a la tarea de podar adelfas, es aconsejable realizarla periódicamente para eliminar ramas secas, muertas, enfermas o rotas.

Esta especie no necesita de atención especial, por lo que cualquier aficionado a la jardinería podría cultivarla. Sin embargo, se debe evitar su contacto directo; para lo cual es aconsejable utilizar guantes durante su manipulación y usar mascarilla o una pantalla que proteja el rostro.

Por su facilidad de cultivo y mínimo mantenimiento, es una planta que muchos jardineros utilizan para ornamentar los espacios. No obstante, no debe tomarse a la ligera su nivel de toxicidad, ya que su ingesta podría ser letal. Por esto, no se trata de erradicar la especie; la idea es educar a los niños y al público en general sobre el peligro que representa su manipulación.

 

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