Cuidados de la mimosa púdica

Última actualización: 29.03.24

 

Es conocida por muchos nombres: dormilona, vergonzosa, sensitiva, planta de la vergüenza, adormidera o moriviví. Esta especie es la protagonista de estudios científicos relacionados con la inteligencia vegetal. Esto se debe a su asombrosa capacidad para moverse, una reacción que le permite doblar sus hojas y tallos con el más leve contacto externo.

 

Hoy en día muchos consideran las plantas sólo como un decorado o un escenario donde transcurre la vida de los demás seres vivos. No obstante, algunos científicos contemporáneos han llegado a la conclusión de que algunas especies vegetales son mucho más que eso y, para muestra de ello, tenemos la planta vergonzosa.

Esta especie ha recibido especial atención de parte de la comunidad científica, por lo que ha sido la protagonista de numerosos estudios acerca de la inteligencia vegetal.

 

Origen y usos

Tiene su origen en las regiones tropicales de América y está presente en zonas que van desde México hasta Brasil. Aunque también ha sido introducida en Asia, Tanzania, Australia, gran parte de las islas del Pacifico y África; especialmente en regiones con clima tropical.

En cuanto a su uso, algunos pueblos de México y Sudamérica utilizan sus hojas para preparar baños relajantes que ayudan a lidiar con el insomnio. Por otra parte, investigaciones recientes han demostrado que esta planta resulta eficaz para extraer arsénico y metales pesados de algunos suelos que han sido contaminados. Estos elementos se acumulan en sus hojas, razón por la cual podría ser de gran utilidad para limpiar suelos tóxicos.

 

Características de la planta

Dada su elevada tasa de germinación y su rápido crecimiento, es considerada una planta invasora o maleza; ya que podría impedir el desarrollo de otras especies vegetales. Es de carácter herbáceo y puede estar reclinada sobre el suelo o erecta, alcanzando aproximadamente entre los 50 a 100 cm de altura. Su tallo tiene forma estriada y está recubierto algunas veces de espinas o de pelos erguidos.

Esta especie también es usada como ornamento, gracias a la belleza de sus delicadas flores. La flor de la mimosa se presenta en pequeños racimos agrupados con un diámetro de 1,5 cm, son de color violeta o rosadas y sus estambres son igual en número que los lóbulos presentes en su corola.

Sus hojas son alternas, bipinnadas y compuestas, por lo que se asemejan a las hojas de los helechos y parecen pequeñas ramas. Poseen un eje corto principal que recibe por nombre raquis y uno o dos pares de ejes secundarios de donde se encuentran entre 15 a 25 pares de pequeñas hojillas de 10 mm de largo; puntiagudas, con base asimétrica y pelillos en sus márgenes.


Una especie sensible

Si hay algo que la define y que resalta en la mimosa vergonzosa es el movimiento que hacen sus hojas al ser tocadas; a esta reacción se le conoce como nictinastia. Es un mecanismo propio de la especie que hace mover la planta, pero no solo cierra sus ramitas y hojas al contacto humano o de animales; también se cierra al anochecer, cuando llueve, cuando algo la hace vibrar como el viento o cuando algo tropieza con ella.

Este movimiento podría ser un medio de defensa para protegerse de los animales que la consumen. Sin embargo, el movimiento de abrir y cerrar sus hojas tiene un elevado costo y un gasto considerable de energía; por lo que puede perder hasta el 40% de su capacidad para captar la energía del sol y para volver a abrirse puede tardar entre 15 y 20 minutos. Por esto, se recomienda no tocarla solo por diversión.

 

Los cuidados que requiere la dormilona

Esta planta puede reproducirse bien sea por semillas o por esquejes y puede prosperar al aire libre o en interiores. Cuando se decide tener en casa es importante conocer los cuidados de la mimosa púdica a fin de brindarle un ambiente donde pueda crecer y desarrollarse.

 

Iluminación y colocación

Para brindarle la mejor iluminación se debe colocar la planta en el lugar correcto. Si se encuentra en espacios internos, debe ponerse en una habitación iluminada, protegida del humo de tabaco y lejos de las corrientes de aire.

En el caso de que la planta mimosa esté en el exterior, lo más recomendable es ponerla a pleno sol o en áreas de semisombra. En este ambiente crecerá como trepadora, por lo que es necesario ayudarla utilizando soportes.

 

Humedad

En cuanto al riego, este puede ser de moderado a frecuente, de acuerdo a la estación del año y según donde esté colocada la planta. En los meses cálidos deberá regarse tres veces por semana; y el resto del año, con dos riegos semanales podría ser suficiente. En este sentido, se debe tener en cuenta que el exceso de humedad podría dañar sus raíces. Además, si está plantada en una maceta necesitará de mayor riego que si está cultivada en un jardín en el suelo directo.


Temperatura

Dado que es una especie tropical, no tolera las heladas; por lo que no es conveniente exponerla a temperaturas inferiores a los 11ºC. Prefiere el calor del sol, aproximadamente unas 6 horas diarias.

 

Cultivo

Cultivar una mimosa en maceta es posible, solo se debe elegir un recipiente con agujeros en su base para que el agua pueda drenar con facilidad. Así mismo, la maceta elegida debe ser de tamaño grande, ya que se trata de una planta cuyas raíces crecen rápida y abundantemente. También es aconsejable rellenar la maceta con mantillo o utilizar una mezcla de sustrato con fibra de coco. Si se cultiva en el jardín, esta planta no requiere de grandes cuidados; solo se necesita de tierra bien drenada y rica en materia orgánica.

 

Abonado

Aunque es una especie resistente que no requiere abonado especial; para lograr que la mimosa sensitiva crezca saludable en ambientes domésticos, es aconsejable agregar abono orgánico o un fertilizante mineral desde la primavera hasta el verano; especialmente durante la floración. Gracias a estos cuidados, la planta podría sobrevivir las bajas temperaturas de invierno.

 

Poda

En cuanto a podar la mimosa, la recomendación de los expertos es no hacerlo. Además, es una especie que no suele ser portadora de plagas ni víctima de ataque de insectos.

Cuando encontremos en la naturaleza una dormilona, lo mejor es observarla cuidadosamente, extender nuestra mano y mirar cómo se mueve. Esta pequeña planta es capaz de guardar uno de los misterios naturales más grandes de la ciencia.

 

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