▷ Kalanchoe: Cuidados Y Para Qué Sirve

Existen muchas plantas encargadas de brindarle un aspecto especial a los espacios donde se encuentran, promoviendo la relajación de las personas. Precisamente, para esto sirve el kalanchoe en el interior o exterior del hogar que, además de tener una estética atractiva, se integra fácilmente a cualquier código de decoración.

El kalanchoe es una planta conocida científicamente como kalanchoe blossfeldiana, que pertenece a la familia Crassulaceae. Su origen es propio de Asia, África y Europa. Además, debido a que se trata de un tipo de vegetación que requiere poca luz y posee un evidente atractivo estético, resulta adecuada para ser empleada en cualquier espacio interior.

La planta kalanchoe es considerada crasa, es decir, que sus hojas tienen un cuerpo carnoso, que almacena una cantidad esencial de nutrientes y agua para subsistir durante la temporada más calurosa del año. Dicho almacenamiento es un mecanismo de defensa natural para no morir, cuando se produce la exposición a altas temperaturas.

Entre otros aspectos de interés acerca de este género de plantas, tenemos que son 125 las especies que conforman su familia. Todas ellas tienen características distintivas, en lo que respecta a la altura alcanzada tras su crecimiento, florecimiento, color y forma de las hojas. Por ejemplo, es posible encontrar kalanchoes con hojas verdes y bordes blancos o rojizos, mientras que sus flores pueden ser amarillas, blancas, naranjas o con otros tonos.

Por otra parte, está el tema del cultivo, para el que se debe cuidar la temperatura ambiente, ya que cualquier alteración podría arruinar el florecimiento. De hecho, en la mayoría de los viveros, se suelen realizar cambios en el número de horas de exposición a la luz, con el propósito de conseguir una continua floración durante todos los meses del año.

La planta kalanchoe: cuidados a tener en consideración

La kalanchoe se caracteriza por tener un cuerpo de gran resistencia en comparación a otras vegetaciones. Además, su apariencia resulta un poco rústica. Sin embargo, a pesar de contar con estas convenientes características, la planta requiere de una serie de cuidados con respecto a su etapa inicial, es decir, el período de cultivo, así como también el método de mantenimiento que, en conjunto, le permitirán crecer de forma saludable. A continuación, profundizamos un poco acerca del tema.

Acerca del cultivo

Si bien el cultivo del kalanchoe es una tarea poco complicada, también es cierto que dicho trabajo requiere del cumplimiento de una serie de pasos.

Lo primero es tener presente que este tipo de plantas requieren de luz para crecer, pero la exposición directa a la radiación solar podría causar quemaduras en las hojas y su posterior desprendimiento.

Por ello, lo recomendable es que diariamente la especie de kalanchoe esté en una área con luminosidad moderada por alrededor de cuatro horas. Dicho tiempo será suficiente para que se lleven a cabo los procesos fotosintéticos.

La selección del área de cultivo es otro aspecto de interés, ya que el tamaño de esta planta puede superar el metro de alto. De este modo, lo ideal es que el terreno sea espacioso, para que la planta no tenga ningún tipo de limitación y, así, sus raíces, tallo y ramas puedan desarrollarse correctamente. Claro está, algunas especies sólo miden algunos centímetros, siendo adecuado el uso de macetas (si pulsas aquí, encuentras varios productos para elegir) para su colocación.

Finalmente, es necesario tratar la tierra en donde se sembrará la planta. Si se trata de un terreno al aire libre, lo recomendado es arar la superficie para soltar la tierra. De esta manera, los nutrientes se removerán y podrán ser absorbidos con mayor facilidad por las raíces. Igualmente, este paso aplica para los kalanchoe plantados en contenedores pequeños.

Acerca del mantenimiento

Toda planta requiere de mantenimiento y la kalanchoe no podía ser la excepción. En este sentido, si deseas hacer que tu especie tenga una larga vida y siempre está llena de vitalidad, te convendrá abonar la tierra, regar, podar la planta y finalmente hacer que se reproduzca.

Con respecto al abonado del terreno o sustrato empleado para cultivar la planta, tenemos que este es un paso que debe efectuarse al menos un par de veces al año, preferiblemente en el período de primavera y verano. Lo ideal es adquirir un producto que se encargue de potenciar el enraizamiento para una rápida absorción de los nutrientes y, por ende, lograr un exitoso florecimiento.

Además, está el proceso de riego, que es el paso más intuitivo del mantenimiento de la planta, ya que no existe un momento específico para realizarlo. Sólo deberás estar atento a las condiciones del terreno o sustrato empleado para la plantación, es decir, tratar en lo posible de mantener una correcta humedad, sin saturar las raíces. Así, en el kalanchoe el riego debe ocurrir de forma moderada, pero constante, especialmente durante la temporada de verano.

Por otra parte, está la estimulación natural del proceso de crecimiento de la planta a través del corte de algunas de sus ramas y hojas secas. Esto se puede conseguir con tan sólo podar el kalanchoe. Se trata de una tarea que se debe efectuar dos veces al año.

La parte final del mantenimiento de la planta de kalanchoe dependerá de su reproducción, por lo que, una vez que la planta se haya desarrollado por completo, podrás multiplicarla cortando algunas de sus ramas y cultivándolas. Todo ello, a través de un proceso de esqueje.

Para cuidar de una planta de kalanchoe no tendrás que ser un experto en botánica, ya que es un tipo de vegetación que requiere de sencillos pasos para su cultivo y mantenimiento. De hecho, puedes realizar una búsqueda en la web sobre cómo ocurre en el kalanchoe la floración, cuál es la flor de kalanchoe, entre otros aspectos que consideres relevantes. De esta manera, conseguirás la información necesaria para mantener en correcto estado tus plantas.