Uno de los árboles más utilizados en jardines paisajistas es el elaeagnus angustifolia, conocido popularmente en España como árbol del paraíso. Esto se debe principalmente al follaje, las flores y los frutos que resultan vistosos. Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertas características para cultivarlo de la mejor manera posible.
La planta del paraíso es proveniente de la Rusia asiática y puede crecer de 3 a 10 metros de alto, por lo que podemos encontrar un ejemplar pequeño que sirve para delimitar espacios alrededor de las casas, pero también un árbol mediano que puede estar aislado. Por esta razón, la especie está indicada como solución ornamental de fondo o para crear muros de protección, gracias a que tiene espinas pequeñas en las ramas.
Diferencias y similitudes entre el Elaeagnus angustifolia y el Melia azedarach
Antes de continuar, es de vital importancia diferenciar estos dos árboles, ya que tienen usos y propiedades distintas, aunque ambos son de origen asiático y conocidos como árbol del paraíso. El Elaeagnus angustifolia es originario del suroccidente de Asia, mientras que el Melia azedarach es del sureste. Asimismo, el primero tiene frutos comestibles parecidos a los dátiles debido a su sabor dulce y su semilla alargada. Por el contrario, los frutos del segundo son nocivos para la salud.
El árbol del paraíso es el nombre que se le da al Elaeagnus angustifolia en España, mientras que al árbol Melia azedarach se le conoce como cinamomo. Sin embargo, en algunos países de América del Sur, como Argentina y Uruguay, también se le dice árbol del paraíso, aunque son especies de familias distintas.
En este sentido, es cierto que estos dos árboles comparten una característica, y es que ambos tienen flores fragantes que son constantemente visitadas por las abejas. No obstante, las flores del Elaeagnus angustifolia son amarillas por dentro y blanquecinas por fuera. Por su parte el Melia azedarach tiene flores de color blanco con lila.
Para efectos de simplificar la información, a partir de este punto sólo mencionaremos el árbol del paraíso para referirnos al Elaeagnus angustifolia. Veamos cómo debe ser el cultivo de esta planta para procurar un desarrollo correcto y facilitar una larga vida.
Germinación
Lo primero que debemos decir es que puedes comprar online las semillas listas para sembrar, que por lo general tienen un precio barato, pero si tienes un árbol del paraíso cerca, entonces puedes utilizar directamente los frutos sin hacer ninguna inversión. En este caso, debes recogerlos cuando estén bien maduros, los reconocerás por el tono anaranjado y la textura carnosa.
El fruto del paraíso es una drupa, lo que significa que cada uno tiene una sola semilla rodeada de pulpa de sabor dulce, por lo tanto, puedes comerla o simplemente retirar y limpiar bien la semilla, para reservar en un lugar fresco durante la temporada de invierno y posteriormente plantar al inicio de la primavera. Vale la pena advertir en este punto que el proceso de germinación no funciona correctamente si los frutos están verdes, por lo tanto, es mejor esperar a que alcancen una buena maduración.
Las semillas del Elaeagnus angustifolia tienen una capa superficial bastante dura, que sirve para evitar el exceso de humedad, sin embargo, esto puede retrasar la germinación, por esta razón, es recomendable hacer con mucho cuidado una pequeña muesca para que comiencen a brotar más rápido. Por lo general, el período de germinación dura alrededor de 2 meses. No obstante, algunos vendedores de estas semillas recomiendan un proceso previo de estratificación cálida por 10 semanas a 25 ºC, para después pasar a una estratificación fría durante 12 semanas con temperaturas de 1 a 5 ºC.
Cultivo y cuidados
Una vez que la plántula tenga hojas verdes, hay que esperar a que esté lo suficientemente grande para manipular con seguridad y trasplantar el árbol de la maceta al terreno. Además, es importante elegir un espacio en sombra ligera o preferiblemente a pleno sol y tomar en cuenta que al crecer puede alcanzar un diámetro de 5 a 7 metros aproximadamente. Sin embargo, también puede ser plantado en serie para formar setos, ya que responde bien a la poda.
En cuanto al terreno, la mejor opción es un suelo correctamente drenado y ligero, que no esté ni demasiado seco ni muy húmedo, aunque debemos decir que se trata de una especie muy vigorosa, capaz de crecer rápidamente incluso en suelos salinos, secos, pedregosos y pobres, así como en terrenos pesados y con gran humedad. En cualquier caso, siempre es recomendable retirar las piedras, malezas y palos para después remover el suelo con alguna herramienta de jardinería que tengas en casa. No es necesario tener la mejor pala del momento, lo más importante es utilizarla correctamente. Si cuentas con una azada, el trabajo será más sencillo.
Es bueno saber que el árbol del paraíso soporta el calor del verano, los vientos moderados y el aire salino. Sin embargo, no es apto para zonas con muchas heladas, aunque sí puede soportar alguna. En invierno, esta planta pierde sus hojas, dejando a la vista una atractiva corteza marrón en las ramas y el tronco. En cuanto a los frutos, comienzan a aparecer a partir del tercer año.
Por otra parte, debemos señalar que es un árbol de bajo mantenimiento, ya que no tiene la tendencia a sufrir de enfermedades o plagas. De hecho, este género suele ser particularmente resistente al hongo de la miel, que afecta negativamente a muchas otras especies. Sin embargo, también es cierto que el propio árbol del paraíso es considerado una especie invasora en Estados Unidos, donde se han tenido que crear estrategias gubernamentales para controlar su expansión.
Para finalizar, hay que decir que en España el Elaeagnus angustifolia aparece en el Atlas de las Plantas Alóctonas Invasoras, pero a modo de prevención, ya que no se ha registrado un inconveniente real en este sentido. Por lo tanto, sigue siendo un árbol interesante para plantar en cualquier jardín.