Los cuidados de la lantana

Última actualización: 23.04.24

 

Una de las características más resaltantes de esta hermosa planta es que posee pequeñas flores con diversos colores en el mismo racimo; por ello, es utilizada como una especie ornamental. Así mismo, es poco exigente y de bajo mantenimiento, por lo que puede cultivarse fácilmente en macetas o en los jardines de las viviendas.

 

La lantana es conocida popularmente como bandera española, hierba de cristo, cariaquito, flor de sangre o siete colores. De este género se conocen más de 150 especies, agrupadas en variantes como la lantana cubresuelos o rastrera, las de porte compacto y también se presenta en forma de grandes arbustos.

 

Aspectos a considerar para el cuidado de la lantana

 

La luz o la iluminación natural

El principal aspecto a tomar en cuenta, y que resulta fundamental para que las lantanas crezcan y se desarrollen de una manera óptima, es la presencia de luz natural.

En tal sentido, es aconsejable plantarla en un espacio al aire libre donde reciba luz directa del sol todo el día, o bien donde pueda disfrutar de una exposición plena del sol con intervalos de sombra.

La razón por la que esta especie necesita que reciba alta dosis de sol, está relacionada con su máxima floración; ya que cuanta más luz reciba la lantana, más abundantes y coloridas serán sus flores. Lo contrario ocurre cuando la planta está sembrada en un entorno de sombra; en estos casos, producirá pocas flores y estas no tendrán los colores intensos y variados que suele generar la especie.

 

El riego

Del mismo modo que la lantana exige dosis elevadas de sol; en contraparte, es una planta que requiere poca cantidad de agua. Por esto, el siguiente aspecto que debemos considerar para darle a esta especie las mejores condiciones de vida, es suministrarle poco riego.

Dado que son plantas que soportan bien las sequías y que prefieren los climas cálidos y soleados, la frecuencia del riego debe ser moderada; preferiblemente con un distanciamiento de una vez por semana.

Sin embargo, si la planta está expuesta a un entorno con vientos, estos podrían secar rápidamente el suelo; por lo que en estos casos debe regarse dos veces por semana, tomando en cuenta que debemos dejarla secar totalmente entre un riego y el siguiente.

Por otro lado, si estamos en temporada de lluvia no será necesario regarla. Esto se debe a que el exceso de humedad es causa para la aparición de hongos y de otras plagas que podrían ocasionar daños significativos a la planta.

Condiciones de la tierra y el abono

Debemos considerar la riqueza del suelo y también el momento apropiado para aplicar el sustrato o el abono, indistintamente que se trate de los cuidados de la lantana en maceta o de la lantana que ha sido cultivada directamente en la tierra.

Gracias a que se trata de una planta poco exigente, es capaz de adaptarse a cualquier terreno. No obstante, es importante que el suelo cuente con un excelente drenaje; ya que sus raíces no toleran los encharcamientos. Por esto, el riego o el agua de lluvia deberán drenar libremente.

Así mismo, para obtener mejores resultados de crecimiento, el suelo debe ser enriquecido con un buen abono. Un sustrato o un suelo pobre en nutrientes impide que la planta ofrezca sus mejores floraciones.

Por ello, es recomendable usar junto con el riego un abono líquido especialmente formulado para plantas con flores, rico en minerales como nitrógeno y potasio. Este abonado deberá realizarse en un momento del día cuando las temperaturas ofrezcan un clima agradable, si hace mucho calor lo mejor es esperar. Así mismo, debemos aplicarlo con una frecuencia de cada 15 días.

 

La temperatura

La planta lantana ama los climas cálidos y soleados, lo que mantiene sus hojas y flores perennes. Si la planta ha sido colocada en exteriores y descienden las temperaturas por debajo de los 5°C, podríamos cubrirla con un plástico. Con el frío puede perder sus flores y hojas; no obstante, si hemos cuidado el suelo y sus raíces, al llegar la primavera volverá a brotar.

 

Aprende a cultivarla en casa

Por tratarse de una planta que prefiere el sol y el calor, la mejor época del año para cultivar lantanas es durante la primavera; ya que en esta estación ya han culminado las bajas temperaturas y los fríos de invierno. Esta tarea se realiza por medio de semillas o de esquejes leñosos que han sido cortados una vez que pasa la floración.

En el caso de cultivarla directamente en la tierra del jardín, es preferible apostar por especies como la lantana cámara; una de las más conocidas y usadas como arbusto ornamental, ya que puede llegar a medir 2 metros de altura.

Para la lantana camara los cuidados suelen ser los mismos que aplicamos a otras especies; no obstante, al momento de su siembra debemos dejarle suficiente espacio para que pueda desarrollarse y crecer. Por ello, los expertos aconsejan mantener una distancia de 80 cm entre el cultivo, las paredes y otras plantas.

La lantana también resulta idónea para plantar en macetas, especialmente si nuestra zona geográfica tiene un clima frío, ya que podremos resguardarla fácilmente de las bajas temperaturas. Las macetas deben tener preferiblemente un diámetro aproximado de 30 cm y es recomendable plantar especies pequeñas.

Igualmente, puede cultivarse exitosamente en borduras o en cestas colgantes. Para estos casos la especie que más podría lucir es la lantana montevidensis, una especie rastrera con floración en colores tenues.

En todo caso, para su cultivo debemos hacer un agujero profundo en la tierra con cualquiera de las palas que tengamos disponibles para este fin. Una vez que hemos realizado esto, colocamos la lantana, la cubrimos con el sustrato y procedemos a regar.


Floración

En el caso de la lantana, la flor tiene un tamaño pequeño y está presente en grandes racimos; ofrece una floración abundante y por largo tiempo; usualmente abarca desde la estación primaveral hasta el otoño.  También brinda una extensa variedad de colores. De hecho, puedes encontrar lantana blanca, lila, roja, amarilla y más. Lo más interesante es que sus tonos tienden a ser más profundos según la flor va madurando.

Actualmente, los jardineros y paisajistas exhiben nuevas variantes, tal como la lantana bonsai; una especie enana ornamental que puede resistir sin problemas tanto el verano como el invierno, siempre que esté en espacios interiores.

 

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