Propiedades, cultivo y cuidados de la glicina, una planta ornamental

Última actualización: 30.04.24

 

Un espectáculo inevitablemente cautivante es pasar por debajo de un túnel de sorprendentes racimos de flores violetas, azules, blancas y moradas. Así ocurre en varios jardines botánicos. No obstante, con una glicinia es posible recrear esa escena en el hogar y sus cuidados no son tan difíciles como algunos podrían suponer.

 

Wisteria sinensis o wisteria frutescens son los nombres científicos de dos de las especies más comunes de la glicina, una planta que cautivó a los viajeros europeos que visitaron China, hace ya más de doscientos años. Ellos fueron quienes se encargaron de diseminar ejemplares por diversos lugares, no siendo España la excepción, donde se pueden observar, aún hoy, algunas plantas históricas como la del museo de la radio en Ponferrada. 

Exóticas y atractivas no solo por el colorido de sus flores, sino por el tierno verde de su exuberante follaje, las glicinias llaman la atención durante todo el año. Además, debido a que sus ramas son leñosas, pueden aferrarse con firmeza a la estructura que las sostenga. Por este motivo, las glicinas son muy apropiadas para formar túneles y cubrir pasillos que necesitan sombrearse.

En lo que se refiere al color de las flores, se pueden encontrar opciones de glicinia rosa, que van desde el tono pálido, hasta algunos más vivaces. También existe la versión en azul, la glicinia blanca y algunas variaciones que combinan blanco y malva o malva únicamente. 

Propiedades

Las wisterias son plantas de rápido crecimiento, que preferentemente deberán sembrarse directamente en la tierra, ya que necesitan de suelos profundos. Aunque también podría tenerse una glicinia en maceta si se le provee de un recipiente lo suficientemente grande y se le coloca cerca del tutor que le dará soporte. En estos casos, puede que la planta no llegue a desarrollar las proporciones de una glicina árbol, pero al tener una mayor cantidad de ejemplares, seguro se podrá cubrir eficazmente el lugar deseado, dependiendo de su longitud. 

Por otro lado, a quienes les atraen las plantas pequeñas, la buena noticia es que no hay restricción para que se pueda transformar una joven wisteria en bonsai. Solo debe ponerse la planta adecuada en las manos expertas de los artesanos. 

Para este tipo de proyectos se utilizan las cualidades de las especies wisteria sinensis y wisteria floribunda, que han dado lugar a bellas versiones bonsai de glicina, capaces de florecer.

 

El lugar adecuado

Para tener una planta de glicina saludable y que sea capaz de florecer, se debe ser muy cuidadoso en elegir el lugar correcto, ya sea en maceta o en el suelo. Esto es, en parte, debido a que no tolera el trasplante y probablemente no será posible darse cuenta, hasta pasados un par de años, que el sitio no contribuye a su floración.

Entre los aspectos que se deberán tener en cuenta, está la ventilación. A la glicinea no le agradan los sitios con corrientes fuertes de aire. En cambio, le gustan los sitios que tengan una buena iluminación.

 

Proporcionando el tipo de suelo correcto

Los sustratos (en este enlace encuentras varios productos para analizar) a elegir para la wisteria son aquellos que permitan un eficaz drenaje. Por ello se utilizan, entre otras opciones, la turba, el mantillo y la perlita cuando no se puede poner en el suelo.

Un aspecto muy importante a considerar al elegir esta planta es su toxicidad. En especial, se debe tener cuidado con los frutos de la glicinia, ya que, debido a que son muy parecidas a las judías, podrían ser accidentalmente ingeridas por los niños pequeños. 

Qué hacer para que florezca

La glicina es apreciada principalmente por sus macizos de flores, por lo que conviene poner especial atención a proveer las condiciones que incentivan en la planta la aparición de los tan esperados racimos.

  • Madurez: Aunque hayas propiciado a la glicinia los cuidados suficientes durante el crecimiento del esqueje y su follaje haya alcanzado un par de metros, puede demorar un par de años en dar sus primeros racimos.
  • Alcance de sus ramas: La prioridad de la glicina se centra en alcanzar la mayor altura posible en la estructura sobre la que se extiende. Por lo tanto, no florecerá hasta que detecte que no puede tener un mayor crecimiento vertical.
  • Cantidad de sol que recibe: La cantidad de flores de una wisteria está directamente relacionada con la luz que recibe. Por tal motivo, en zonas geográficas con mucha nubosidad, la floración será menor.  
  • Poda: Para la glicina la poda es muy importante. Cada año, será necesario retirar algunas ramas al final de cada temporada de floración. De igual manera, se deberá realizar otra revisión antes de primavera.

El proceso consiste en cortar las ramas más largas, que sobresalen de su soporte central por más de 30 a 40 centímetros. De esta manera, es posible asegurarse de que conservará su forma, adaptándose al soporte y túnel que se desea. Por su parte, las ramas laterales, para propiciar la floración, se deben dejar con solo dos yemas. De igual manera, conviene eliminar los brotes que aparezcan al centro de estas dos yemas.

  • Abonado: Contrario a lo que se pudiera pensar, un abonado saturado en nitrógeno puede hacer que la wisteria crezca en follaje, pero no contribuirá para su floración, por lo que se debe elegir un producto bien balanceado. Algo que puede ser práctico es recurrir al mismo abono utilizado para los rosales.

Después de leer nuestra entrada, si tienes una terraza a la que le falta un toque de color, podrías tener en cuenta hacerte con una wisteria. Los cuidados no son demasiados y la belleza que aporta con sus flores es indiscutible. Además, es una especie que podría llegar a vivir hasta 100 años. Por lo que, una vez establecida, cumplirá con su propósito decorativo por mucho tiempo. 

 

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