Hay algo inquietante y a la vez maravilloso en una planta que devora animales; tal vez porque derrumba cualquier idea preconcebida acerca de un orden natural. También llamadas plantas asesinas, estas singulares especies del reino vegetal seducen a los insectos con néctar dulce y los llevan a trampas mortales donde son devorados.
Las carnívoras son plantas fascinantes y únicas en su especie, que obtienen sus nutrientes a partir de insectos y de animales pequeños. ¿Cómo se alimentan las plantas carnívoras? Una vez que el animal se acerca a ellas, activan un mecanismo que apresa a su víctima; bien sea cerrándose, enroscándose o moviéndose para atraparla y no dejarla escapar. Podría decirse que son la única especie depredadora entre la flora de todo el planeta, lo que las hace diferentes al resto de plantas del mundo.
Los cuidados a considerar para su cultivo
Aunque no todas las carnívoras son recomendables para tener en casa, algunas pueden cuidarse sin problemas; dado que se trata de especies poco exigentes, resistentes y longevas. Así mismo, existen variedades que resultan idóneas para que los más pequeños puedan aprender del fascinante mundo de estos ejemplares, por lo que especies como la Venus atrapamoscas podría considerarse entre las plantas carnívoras para niños.
A fin de que esta vegetación prospere a nivel doméstico, es importante tomar en cuenta los cuidados de una planta carnívora, ya que estos dependen según la especie en cuestión. Es decir, que existen plantas que requieren de cierta cantidad de luz, otras necesitan una temperatura específica y algunas necesitan una determinada maceta.
Aclimatación
Como punto de partida, tenemos que las plantas carnívoras que se cultivan a nivel doméstico necesitan un periodo de aclimatación. Conviene ponerlas inicialmente en un terrario húmedo y sacarlas ocasionalmente para airearlas. Después de varias semanas se pueden retirar y tratar como plantas normales.
Luz natural
Estas plantas requieren de suficiente luz solar para su desarrollo. Algunas variedades necesitan incluso hasta 5 horas de luz solar directa; mientras que otras especies como la Drosera no pueden estar al sol directo, ya que sus trampas podrían quemarse. Es importante destacar que las carnívoras prefieren la luz natural y no prosperan en lugares sombríos.
Temperatura
Con respecto a la temperatura, todo depende de la especie; si se trata de una planta de origen tropical o si es nativa de zonas no tropicales; por lo que algunas soportan heladas inferiores a los 5º C, mientras que otras no resisten el frío.
Macetas
Las macetas también juegan un factor importante. Estas especies prefieren las macetas de plástico, de porcelana o de cristal. Por esto, deben evitarse aquellas fabricadas en barro, ya que contienen minerales que perjudicarán a la planta.
Hidratación
Por tratarse de plantas que habitan mayormente en pantanos, casi todas estas especies no soportan la sequía. Por ello, es fundamental que el sustrato se mantenga siempre mojado, e incluso, que la maceta cuente con un remanente de agua a fin de mantener la humedad. Aunque puede parecer perjudicial, lo cierto es que esta abundancia de hidratación es clave para su desarrollo.
Así mismo, son plantas que solo admiten agua de lluvia, ya que el agua corriente podría matarlas; dada la cantidad de minerales que posee. Por esto, una alternativa de riego podría ser el uso de purificadores de agua destilada, para pulverizar sus hojas.
Sustrato
En cuanto al sustrato, estas especies no son exigentes y suelen sobrevivir prácticamente en cualquier tipo de terreno. Dado que en su hábitat natural crecen en suelos muy pobres, lo mejor es plantarlas en macetas con un tipo de tierra pobre en nutrientes; ya que si se plantan en un sustrato con riqueza mineral podrían morir.
Tipos de carnívoras
Los tipos de plantas carnívoras se clasifican según el mecanismo de captura utilizado para atrapar sus presas. En tal sentido, tenemos carnívoras que utilizan pinzas, trampas de caída, pelos pegajosos, trampas mecánicas y otras más.
Pinzas
Este mecanismo solo lo poseen la Dionaea muscipula (venus atrapamoscas) y la Aldrovanda vesiculosa. Basta con que el insecto roce dos de los cilios detectores durante 5 segundos para que desencadene el cierre automático de sus hojas, las cuales funcionan como una tenaza o pinza.
Para el cultivo de la Dionaea muscipula los cuidados son sencillos, tal como mantenerla a la sombra y con elevada humedad.
Trampas de caída
Los géneros Heliamphora, Sarracenia, Cephalotus, Nepenthes, Darlingtonia y Brocchinia reducta, son los que utilizan las trampas de caída. También son conocidas como plantas jarra, ya que la trampa tiene forma de copa o de jarrón, en cuyo fondo conservan un líquido acuoso que ahoga a los insectos.
Para el género Sarracenia los cuidados incluyen una exposición directa al sol. En cuanto a la Nepenthes, los cuidados se resumen a un rociado diario de sus hojas y al uso de un sustrato especial de musgo. Cabe destacar que entre las plantas carnívoras gigantes, la de mayor tamaño fue descubierta en 2011 en la isla de Borneo y pertenece a este género con una altura de 41 cm.
Pelos pegajosos
Los pelos pegajosos son el mecanismo utilizado por la Pinguicula, Drosera, Byblis y Drosophyllum, entre otras. Cuando el insecto se posa en sus hojas, es atrapado por sus pelos pegajosos.
Trampas mecánicas
Este mecanismo de captura es exclusivo del género Utricularia, el más rápido y complejo de todas las especies vegetales carnívoras. Son plantas acuáticas con numerosas trampas ubicadas en cada tallo y semejantes a diminutos globos. Cuando el animal nada cerca, estimula las cerdas pegadas a la trampilla y la planta absorbe el agua arrastrando su víctima adentro.
La fascinación de Charles Darwin
Estas especies han cautivado a grandes estudiosos de la naturaleza a lo largo de la historia. Tal es el caso del naturalista Charles Darwin, padre de la Teoría de la Evolución y autor de El origen de las especies, quien afirmó: “Me interesa más la Drosera que el origen de todas las especies del mundo”.
Darwin pasó mucho tiempo realizando experimentos con las plantas carnívoras. Observaba cómo estas especies atrapaban las moscas con sus hojas pegajosas, las cuales se plegaban como si de tentáculos se tratara.
También descubrió que estas plantas reaccionan al más mínimo estímulo que se posara en su superficie, por lo que bastaba el peso de un cabello humano para desencadenar una reacción. No obstante, cuando se trataba de gotas de lluvia, no sucedía nada; por lo que Darwin llegó a la conclusión que las plantas carnívoras poseen mecanismos especializados para diferenciar entre una falsa alarma y una presa real.