El proyecto social Light for humanity ha entregado más de 3.000 lámparas solares en comunidades remotas de siete países del mundo desde 2018, con el objetivo de reemplazar el uso de lámparas de queroseno en sitios donde todavía no hay energía eléctrica. En este sentido, la iniciativa es un ejemplo a seguir para otras organizaciones no gubernamentales.
Un joven ingeniero graduado de la Universidad Politécnica de Madrid es el director ejecutivo y fundador de la asociación española Light for Humanity, se trata de Eugenio García-Calderón Huerta. Todo comenzó con la organización Zima Project, desde la que pudo impulsar un proyecto llamado Pedaleo Solar, que lo llevó a recorrer más de 4.000 km por España con una bicicleta solar construida por él mismo. El objetivo principal de este viaje fue llamar la atención sobre la necesidad de encontrar energías más limpias y reducir de esta forma el impacto ambiental, pero en el camino encontró la llamada pobreza energética, por lo que decidió combatirla con el proyecto Light for Humanity.
En un primer momento, García-Calderón logró la donación de 40 lámparas solares a algunas familias en el Amazonas brasileño, pero rápidamente entendió que para lograr una transición energética real debía crear un modelo de mercado conectado entre Europa y la Amazonía. Actualmente, la asociación tiene una tienda virtual en España y otra en Breves, Brasil. Cada vez que un europeo compra un Solar Panel o Solar Cube que sirven para excursiones y otras actividades, al mismo tiempo financia una unidad adicional. De esta manera, se estima que es posible ahorrar la quema de 156 litros combustible en 1 año.
La contaminación en las zonas más vulnerables
Para la mayoría del mundo civilizado, las lámparas de queroseno son objetos antiguos que solo se ven en las películas de época, sin embargo, la quema de combustibles fósiles sigue siendo uno de los principales agentes contaminantes tanto en el Amazonas como en otras zonas rurales del mundo, esto es debido a que todavía hay comunidades donde no llega la energía eléctrica como la conocemos en las grandes ciudades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que alrededor de 1.200 millones de personas en el mundo no tienen acceso a la electricidad, por lo que muchas utilizan lámparas de queroseno para iluminar sus hogares. Esto permite realizar actividades cuando el sol se oculta, pero también expone a las familias a partículas finas, que son producto de la ignición de combustibles fósiles y las más peligrosas para el ser humano.
Sin embargo, este no es el único riesgo para la salud de las personas, sino que el uso de lámparas de queroseno también conlleva el peligro de quemaduras en la piel y diversas lesiones asociadas con uso de combustible en el hogar, incluyendo la ingesta accidental por los niños. Además, la luz de estas lámparas es muy pobre para las actividades de estudio, manualidades, artesanías, entre otras.
Es importante mencionar también que las partículas de hollín o carbón negro que desprenden las lámparas de queroseno pueden absorber los rayos del sol, calentando de este modo el aire, por lo que no se trata de un problema local de ciertas comunidades, sino que tiene implicaciones globales.
¿Cómo funciona Light for Humanity?
Esta iniciativa no sería posible sin el trabajo de la propia comunidad. En este sentido, al detectar la necesidad energética, el primer paso es encontrar a emprendedores locales que puedan realizar el proyecto a largo plazo. La idea es crear una cooperativa de energía que se encargue de proporcionar las lámparas, gestionar el mantenimiento y reparación, así como realizar los cobros.
Light for Humanity colabora en la formación de los emprendedores para realizar la cooperativa, que será el punto de venta y distribución de los productos de energía solar. Además, la asociación española ofrece los primeros sistemas solares para comenzar el negocio.
Los productos solares tienen un precio asequible, sin embargo, algunas familias no pueden pagar por adelantado, por lo que Light for Humanity ofrece un sistema de pago mensual, que resulta mucho menor al gasto de dinero en queroseno y gasoil. Esto es así porque la prioridad es cambiar las lámparas, sobre todo en las familias donde algunos de sus miembros tienen enfermedades respiratorias asociadas a la quema de hidrocarburos para la iluminación.
¿Cómo ser parte de Light for Humanity?
Aunque esta empresa social puede recibir donaciones directas, también está probando estrategias de recolección de recursos por medio de personas interesadas, es así como han tenido la idea de la recaudación de fondos, que consiste en el lanzamiento de campañas individuales de recolección de dinero, ligadas a eventos puntuales como puede ser un cumpleaños. En este caso, la empresa se encarga de entregar el material necesario al interesado para que pueda comunicar efectivamente el proyecto de Light for Humanity.
Si bien es cierto que el proyecto comenzó en la Amazonía, la empresa también trabaja con otras parte del mundo a través de organizaciones no gubernamentales locales para ayudar a introducir la metodología y llevar las mejores lámparas solares (si pulsas aquí, tienes varias opciones de compra) a zonas remotas sin acceso a electricidad. Es así como la ONG Agua de coco sirve de enlace con algunas escuelas de Madagascar.
En una entrevista reciente para el diario El País, Eugenio García-Calderón ha explicado vía telefónica que lamentablemente ha contraído el virus Covid-19, por lo que su propia situación física le ha hecho pensar con mayor intensidad en las comunidades más necesitadas del Amazonas. Por esta razón, ha anunciado el envío de 7.500 lámparas solares que serán entregadas en barcos utilizando megáfonos para evitar el contagio.
Según explicó García-Calderón, las cuotas mensuales de los pagos de estos productos serán aplazadas para dar oportunidad a las familias más pobres. Del mismo modo, a través de su sitio web ha lanzado una campaña para llevar 1.500 lámparas solares a las comunidades de Brasil. A través de esta iniciativa, reemplazarán un dispositivo de queroseno por una lámpara solar con cada 15€ recaudados.