El limonero es uno de los árboles más bonitos y fáciles de cuidar de nuestros jardines, soportando incluso su cultivo en interiores. Sin embargo, aunque no requiere de cuidados especiales, sí puede verse afectado por diferentes problemas, que pueden deteriorar su tronco, ramas e incluso sus frutos.
A mitad de camino entre lo decorativo y lo práctico, el limonero es uno de los árboles más habituales en todo tipo de jardines. Además, cada vez es más frecuente encontrar limoneros en macetas, gracias a su bonito aspecto y elevada resistencia. Hablamos de un árbol cuya presencia y aspecto es muy agradable a la vista en cualquier entorno, tal como nos muestra la flor del limonero. Y por si fuera poco, el árbol también genera una buena cantidad de frutos. Estos limones tienen multitud de usos, entre los que tenemos los de tipo culinario, con gran cantidad de recetas de todo tipo, hasta los relacionados con nuestra salud y belleza, pudiendo usar su zumo o su esencia en baños de vapor, en una sauna facial o en la elaboración de cosméticos y jabones caseros.
Como última ventaja de esta especie, el limonero tiene la ventaja de ser un árbol que no requiere de cuidados especiales y que soporta adecuadamente casi cualquier ambiente o clima. Sin embargo, esto no quiere decir que sea indestructible. Así que si tu limonero no da limones, tiene mal aspecto o pierde demasiada hoja, es señal de que hay un problema. Para que sepas cómo actuar en estos casos, vamos a mencionar algunos de los problemas que afectan a esta especie, de modo que devuelvas a tus árboles a un estado óptimo en poco tiempo.
Plagas del limonero
Uno de los problemas más habituales que soporta cualquier árbol limonero son las plagas. Hablamos de diferentes tipos de insectos que pueden atacar al árbol y causar que su desarrollo no sea el adecuado. Y aunque para luchar contra este problema hay muchas opciones, lo mejor es recurrir a remedios caseros o a un insecticida ecológico para árboles frutales, a fin de no añadir mayor toxicidad al entorno. No obstante, si la situación es grave y estos remedios no son suficientes, deberemos recurrir a la química.
Entre las plagas más habituales de estos árboles, tenemos el pulgón del limonero. Este insecto suele aparecer cuando las temperaturas rondan los 15 grados y hay un alto nivel de humedad. Los insectos se posan en las yemas del árbol, impidiendo que aparezcan nuevas hojas y provocando deformaciones en los frutos. Esta plaga puede tratarse con jabón potásico o algún otro insecticida adecuado.
Otra plaga habitual son los llamados minadores, que suelen ser la causa principal de la caída de hojas en cítricos. Estos insectos anidan en las hojas del árbol y forman galerías en ellas para alimentarse. Su presencia se percibe por la existencia de hojas con zonas marrones en el limonero. Si no se toman medidas, esas hojas acaban por caer del árbol, impidiendo su desarrollo. El tratamiento contra esta plaga sería el aceite de neem o una mezcla de media taza de jabón potásico y dos tazas de aceite vegetal, pulverizada sobre el árbol.
Parecido es el comportamiento de la cochinilla del limonero, que se pega a las hojas y los tallos, alimentándose de ellos. Aparecen durante el verano y tratan de crecer todo lo posible antes de que llegue el frío. Se pueden tratar con una mezcla a partes iguales de agua y alcohol de farmacia pulverizada por el árbol.
Enfermedades de los limoneros y tratamientos
Además de las plagas, existen una serie de enfermedades de los cítricos que pueden afectar tanto al limonero como a sus frutos. Entre ellas, tenemos la Altenaria Alternata. Este hongo aparece en forma de manchas marrones en las hojas y suele estar relacionado con un exceso de riego. Una vez aparezca, es clave reducir ese riesgo, para evitar más daños en el árbol.
También puede aparecer la exocortis, una enfermedad producida por el viroide de los cítricos. En este caso, la enfermedad se percibe en la aparición de grietas y escamas en la corteza, enanismo y la presencia de manchas amarillas en el tronco. Por desgracia, la única solución es el corte del árbol y su incineración, a fin de impedir que se extienda el problema. Algo parecido pasa con el virus de la tristeza, que se propaga por la presencia de los pulgones y causa problemas como la floración fuera de época o la incapacidad del árbol para crecer. El único remedio es el que hemos mencionado: cortar y quemar.
Finalmente, tenemos que hablar del Penicillium. Este hongo aparece en los frutos caídos del árbol, causando que los mismos no puedan consumirse. Eliminar este hongo es fácil, mediante fungicidas compuestos con cobre.
Otras cuestiones de interés
Además de lo comentado, existen otras cuestiones interesantes que conviene conocer a la hora de cuidar de nuestro limonero. Una de ellas tiene que ver con la poda. Dependiendo de si es un limonero joven o viejo, esta debe realizarse en diferentes momentos. El limonero joven se poda justo antes del trasplante al terreno definitivo, mientras que el limonero adulto y viejo debería podarse después de haber obtenido los frutos y antes de que lleguen las heladas. A la hora de podar un limonero enfermo, se pueden seguir los mismos periodos, aprovechando el proceso para retirar aquellas ramas afectadas por la enfermedad. Estos mismos periodos pueden aplicarse para podar un limonero 4 estaciones, uno de los más comunes.
Otro detalle a valorar del limonero es el estado de las hojas. Dejando de lado los daños causados por los minadores, si las hojas no están verdes es señal de problemas. Las hojas amarillas del limonero indican falta de nutrientes en el árbol, que deberemos compensar adecuadamente, o bien un exceso de riego. Si el verde está muy apagado, entonces deberemos aportar más luz al árbol, siendo este un problema habitual en los limoneros en maceta.
Respecto de la caída de hojas en cítricos, esta es normal si se produce en su época y en una cantidad adecuada. Una caída excesiva de hojas también es señal de problemas, que deberían evaluarse adecuadamente.
Finalmente, hablamos del crecimiento. Si hablamos de un limonero en maceta, es probable que sus raíces se hayan quedado sin espacio, bastando con trasplantar el árbol a una maceta más grande. Si es un limonero de jardín, deberíamos descartar las enfermedades mencionadas anteriormente. Si el árbol está sano, lo más probable es que le falte abono (en este enlace puedes encontrar varios productos para elegir). Debido al uso culinario de los frutos, es fundamental usar abonos orgánicos, tales como estiércol o guano.