El consumo de agua es un aspecto que preocupa mucho a quienes desean instalar una piscina en casa. No sólo les atañe el tema relacionado con el consumo responsable de agua, sino también el coste que esto representa. En este contexto, conviene estar informado y saber qué se puede hacer para no desperdiciar agua.
Para quienes están evaluando la posibilidad de instalar una piscina en casa, uno de los temas que más preocupación causa es el consumo de agua. Esto no solo se relaciona con aspectos como el medio ambiente y la gestión responsable del recurso, sino también el coste que se verá reflejado en la factura de agua.
Sin embargo, la tecnología se ha encargado de ayudar en este sentido, para que puedas disfrutar sin remordimientos. A continuación te explicamos algunas técnicas que te ayudarán a reducir el consumo de agua al tener una piscina.
Tratamiento del agua
No es necesario renunciar a disfrutar de un refrescante chapuzón cada vez que se desee si se recurre a un buen tratamiento de agua para la piscina. Existen diversas alternativas que pueden lograr que la piscina se conserve sin cambiar el agua por un periodo de tiempo de 3 a 6 años. Además, la calidad del agua es óptima y no genera irritaciones en la piel o en los ojos, tampoco seca el cabello o daña tus bañadores favoritos.
Limpieza
La instalación de filtros eficaces en la piscina es el primer paso para conservar la calidad del agua y evitar el cambio frecuente. Ellos se encargan de retirar las partículas que enturbian el agua, como el polvo, arena y otros más. En este sentido, es importante que se mantengan limpios para que puedan cumplir con su función.
Este proceso de conservación de los filtros suele implicar el uso de mucha agua debido al lavado frecuente. Nuestra recomendación es que realices la limpieza de éstos en un cubo; de esta forma podrás recolectar el agua del lavado para otros fines, como podría ser regar las plantas o usarla en el inodoro.
Oxígeno activo
No basta con evitar que el agua esté turbia en la piscina. Es necesario que también esté desinfectada, cristalina y con un pH adecuado.
En este sentido, una de las alternativas más eficaces, además del cloro, para desinfectar la piscina es el oxígeno activo. Este compuesto actúa interfiriendo en la proliferación de hongos y bacterias que pueden reproducirse en el agua y deteriorar la calidad de la misma. Entre las mejores cualidades de esta opción están el hecho de que no tiene aroma, no daña los colores de las prendas de baño, tampoco altera el pH del agua y no genera las molestas irritaciones en la piel y los ojos.
Se estima que con un buen tratamiento a base de oxígeno activo en la piscina se puede mantener el agua por alrededor de tres años, lo que resulta muy conveniente para reducir el consumo.
Entre las desventajas de utilizar oxígeno activo están la alta volatilidad de la sustancia, por lo que es necesario instalar alguna bomba dosificadora automática, que mantenga en todo momento los niveles adecuados en la piscina. Sin embargo, estas bombas no son difíciles de conseguir y vale la pena hacerse con una.
Control salino
Si se prefiere, se puede optar por un clorador salino para mantener la buena calidad del agua, evitando la proliferación de bacterias y otros patógenos que dañan la salud. Se trata de un dispositivo que tiene la finalidad de transformar la sal común en cloro, a través del proceso que se conoce como electrólisis.
Este método también resulta bastante efectivo, ya que la desinfección del agua se realiza de tal forma que después de haber pasado por el clorador salino regresa limpia a la piscina, con un aroma menos perceptible y no genera deslavados en las prendas o produce irritación en los ojos.
Cabe destacar, que a través de esta alternativa podrías conservar la piscina llena durante unos 5 años sin tener que cambiar el agua.
Control de evaporación
Dependiendo de las condiciones climatológicas y el lugar en que esté instalada la piscina, las pérdidas de agua por concepto de evaporación pueden ser más o menos importantes, por eso deben ser consideradas para reducir el gasto.
La buena noticia es que tales pérdidas se pueden evitar en un alto porcentaje de manera sencilla recurriendo a la instalación de cubiertas de piscina. Además, dependiendo de su diseño, dichas cubiertas pueden añadir seguridad, comodidad y estilo, mejorando la experiencia de uso de la piscina.
Detección de fugas
Otro punto fundamental para evitar el desperdicio de agua es la detección de fugas. Una sola gota que se pierda por segundo en tu piscina podría dar lugar a un consumo de aproximadamente 7.000 litros en un año. Lo peor es que al existir una fuga, el mismo paso de agua irá ampliando cada vez más la grieta agravando el problema.
Existen algunos trucos que te ayudarán a detectar este tipo de pérdidas de agua, como el método del cubo, que consiste en llenar un cubo y colocarlo en la piscina en algún escalón, sin que quede totalmente sumergido. Deberás marcar con cinta el nivel tanto del agua dentro del cubo como fuera de él. Transcurridas 24 horas podrás verificar si el nivel de agua en el exterior del cubo se alteró. En tal caso, tienes una fuga que deberás atender a la brevedad.
Aprovechamiento del agua de lluvia
Otra manera de reducir el consumo de agua en tu factura es aprovechar la que cae con cada chaparrón durante el verano. Para lograrlo es necesario instalar un colector de aguas pluviales y un sistema de filtración.
Te sorprenderá la cantidad de agua que podrías obtener a partir de este tipo de mecanismo.
Realmente creemos que con la correcta implementación de estos consejos podrás disfrutar de tu piscina plenamente, sin incrementar excesivamente tu consumo de agua.
En otros temas, si te encanta el césped, pero no te agrada darle mantenimiento, puedes echar un vistazo a nuestra selección de césped artificial, con los que podrás equipar la zona alrededor de tu piscina sin preocuparte por aspectos como el barro y el riego.